Tipos de calculadoras. ¿Cuál comprar?
Si puedes hacer de cabeza y en menos de un minuto la raíz cuadrada de 1379, ¡bien por ti! Pero aun así, en algún momento necesitarás comprar una calculadora porque estos dispositivos electrónicos son herramientas indispensables en nuestro a día a día. Lo que ocurre, es que depende de a qué te dediques, igual tienes bastante con la del móvil. Sin embargo, alumnos de cualquier curso y profesionales de distintos campos necesitan calculadoras más complejas y específicas.
¿Sabes cuántos tipos de calculadoras hay y cuál elegir según el uso que vayas a darle? Pues presta atención porque te lo contamos, no vaya a ser que quieras empezar a invertir en bolsa usando tu reloj calculadora.
Clases de calculador según su función
Como te imaginarás, no necesita la misma calculadora un estudiante de primero de la ESO que uno que se quiere sacar el título de Analista Financiero. Justo por eso te vamos a hablar de los principales tipos de calculadoras según su función. ¿Cuál necesitas tú?
Calculadoras básicas
Normalmente, la primera calculadora de un niño es una calculadora básica de una o dos líneas como máximo y teclas grandes, que ayuda a realizar las operaciones matemáticas comunes (suma, resta, multiplicación y división). Son perfectas para alumnos de primaria, suelen ser estéticamente atractivas y de llamativos colores (como la Milan Duo) y resultan perfectas para familiarizarse con este tipo de dispositivos y como apoyo al aprendizaje.
Calculadoras científicas
Ideales para el instituto y la universidad, las calculadoras científicas incluyen numerosas funcionalidades (radicales, logaritmos, trigonometría, estadísticas) para realizar cálculos complejos. Eso sí, dentro de esta categoría existen diferentes grados y no es igual la calculadora científica XF33 de Liderpapel con 240 funciones y perfecta para los estudiantes de bachiller, que la calculadora científica Casio FX-570SPX II con 576 funciones y, por lo tanto, más completa.
Calculadoras financieras
Las calculadoras financieras son las que cuentan con funciones de matemáticas, estadística y economía. Son las más indicadas para determinadas profesiones y carreras en las que hay que calcular amortizaciones, intereses, anualidades, márgenes de ganancia, conversión de divisas, tasas de retorno, etc. Son muy prácticas y, si sabemos utilizarlas, nos ahorrarán mucho tiempo. Es el caso, por ejemplo, de la Casio FC-100V con pantalla de 4 líneas, matriz de puntos 31 * 96 y dígitos de mantisa y exponente (10 + 2).
Calculadoras programables
Muchas calculadoras científicas y financieras son también programables. Se trata de calculadoras que pueden ejecutar programas como un ordenador y que permiten al usuario crear programas personalizados. Es el caso, por ejemplo, de la Casio FX-570SPX II, calculadora científica, gráfica y programable.
Calculadoras sumadoras con impresión
Hablamos ahora de calculadoras de oficina concebidas para realizar cálculos contables. Este tipo de dispositivos, de mayor tamaño que el resto y diseñadas para permanecer fijas en el escritorio, suelen incorporar, además, una pequeña impresora incorporada para facilitar los registros.
Qué tener en cuenta a la hora elegir una calculadora
Lo más importante a la hora de comprar una calculadora es que cubra tus necesidades: cómo, cuánto, dónde y para qué las vas a utilizar. Y como ya hemos repasado los diferentes tipos de calculadoras según sus funciones o usos, vamos a ver ahora otros aspectos relevantes a tener en cuenta.
Tipo de alimentación
La mayor parte de las calculadoras funcionan con pilas, aunque estas pueden ser pilas tradicionales o baterías recargables. También existen las calculadoras con alimentación dual, es decir, solar y a pilas (por ejemplo la Milan Duo o la Liderpapel XF33), perfectas si nos asusta quedarnos sin pilas en mitad de un examen.
Tipo de pantalla
El tipo de pantalla es fundamental: su calidad, si es a color o no, y, muy especialmente, el número de líneas que nos permite visualizar. Las calculadoras básicas suelen tener una sola línea, ya que las operaciones son simples, y la mayoría de las científicas tienen dos, ideales para ver tanto la operación como el resultado (perfectas para el instituto). Las calculadoras más complejas, como la FC-100V o la X-570SPX II tienen cuatro líneas y una alta resolución.
Presta atención a la memoria
Si necesitas que la calculadora tenga memoria para guardar archivos u operaciones que vayas a emplear más tarde, opta por una calculadora programable. Es este tipo y no otro el que te permitirá guardar archivos desde el ordenador. Eso sí, si estás pensando en llevarla a un examen aquí va nuestro aviso: no suelen permitirlas.
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